El Canal de Panamá, una gran maravilla del mundo moderno, ha generado el interrogante, si una ruta alternativa o complementaria podría ser posible. Algo así fue el sueño del Canal de Nicaragua. El denominado oficialmente “Gran Canal Interoceánico de Nicaragua” pretendía conectar el mar Caribe, en el Atlántico, con el océano Pacífico a través de un cauce de 278 kilómetros de largo que llegaría hasta el Lago Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua, y cruzaría el istmo de Rivas para alcanzar el Pacífico. Daniel Ortega ordenó derogar la concesión al empresario que la construiría. El régimen de Nicaragua sepultó el proyecto de canal interoceánico que pretendía construir con la empresa privada china Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), y que fue presentado como “la obra de ingeniería más grande de todos los tiempos”, en el mundo. La Asamblea Nacional de Nicaragua derogó la ley que otorgaba la concesión de construcción y manejo del Gran Canal de Nicaragua por un plazo de 50 años prorrogables otros 50 años al grupo HKND, propiedad del empresario chino Wang Jing.
Seis años después de que se propusiera el plan de construir un canal interoceánico en Nicaragua, similar al de de Panamá, no hay ni una sola obra o barco en sus aguas, reporta La Prensa.
Anunciada como “la obra de ingeniería más grande del mundo”, la empresa HKND no tiene recursos para financiarla, dejó ver Wang Jing, líder de la compañía china.
Este 13 de junio se vence el plazo de seis años para que HKND muestre pruebas concretas de financiar la construcción del Gran Canal Interoceánico de $50 mil millones; de lo contrario, la ley puede ser derogada sin perjuicio para el Estado nicaragüense.
Todo comenzó en 2012, cuando el hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega, regresó de una gira por China anunciando inversiones importantes para Nicaragua.
El 3 de julio de ese mismo año, se aprobó la Ley del Régimen Jurídico del proyecto del Gran Canal y de la Autoridad del Gran Canal, para sentar las bases legales del fallido intento de obra.
Un año después, 61 diputados designados por Ortega aprobaron la ley para que arrancaran las obras del canal, a pesar del descontento popular que caía sobre la iniciativa.
La obra tendría una extensión de 278 kilómetros, tres veces más largo que el Canal de Panamá, entre la costa del Pacífico del país y la del Caribe.
El crecimiento económico promedio de Nicaragua pasaría del 4,5% del PIB a un 10% en los primeros años de operación del canal, más la creación de unos 50 mil empleos durante los cinco años de construcción y otros 200 mil cuando empezara a funcionar a fines del 2019 o inicios de 2020, estimó en su momento Ortega.
La denominada Comisión del Canal fue conformada por 16 funcionarios públicos, e incluso se anunciaron carreras universitarias con un perfil de utilidad para el canal y clases de mandarín en las escuelas.
Sin embargo, después de seis años, el Canal murió.
Fuente: https://www.larepublica.net