El Atlántico se está enfriando rápidamente (no es una buena noticia según NOAA)

Para la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos este año, gran parte del Atlántico Norte fue muy cálido, desde junio, la temperatura superficial en el área ecuatorial central ha estado entre 0,5 y 1 grados Celsius debajo la media, esto indicaría la aparición del evento llamado Niña del Atlántico. El 2024 comenzó con temperaturas extremadamente cálidas en el Atlántico ecuatorial oriental, con registros de más de 30 grados Celsius entre febrero y marzo (superando la media de 1982). Llamó la atención la rápida transición del calor a condiciones frías. Explica la NOAA: El Niño tiene un “hermano pequeño” que vive en el océano Atlántico, es conocido como Niño del Atlántico y de forma muy similar a lo que ocurre con su “hermano mayor”, se caracteriza por temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio y con vientos alisios más débiles en todo el Atlántico ecuatorial central-oriental. Además, El Niño del Atlántico tiene una “hermana”, La Niña del Atlántico, que trae consigo unas condiciones atlánticas ecuatoriales más frías que la media.


El océano Atlántico está experimentando un fenómeno climático que ha dejado desconcertados a los científicos y podría tener un impacto en la temporada de huracanes de este año. 

De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), durante el último año, gran parte del Atlántico Norte ha sido extremadamente cálido, pero desde el inicio de junio, la temperatura superficial del agua en el área del Atlántico ecuatorial central ha estado entre los 0,5 y 1 grado Celsius por debajo del promedio, un enfriamiento inusual que podría indicar la aparición de un evento conocido como La Niña del Atlántico.

Este patrón climático es similar al más conocido evento de La Niña, que tiene la capacidad de alterar el clima y la actividad de huracanes en el Pacífico.

Pero vayamos por partes, ¿qué son El Niño y La Niña?

El Niño y La Niña, y sus hermanos menores en el Atlántico

Como explica Pedro DiNezio, Profesor de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas en la Universidad de Colorado en Boulder, en un artículo para The Conversation, La Niña y El Niño son los dos extremos de un patrón climático recurrente que puede afectar el clima en todo el mundo.

La Niña ocurre cuando las temperaturas en el Océano Pacífico oriental a lo largo del ecuador al oeste de América del Sur descienden al menos 0,5 grados Celsius por debajo de lo normal. Durante El Niño, la misma región se calienta. Esas fluctuaciones de temperatura pueden parecer pequeñas, pero pueden afectar la atmósfera de maneras que repercuten en todo el planeta.

Ahora, como explica la NOAA, El Niño tiene un “hermano pequeño” que vive en el océano Atlántico. Se le conoce como El Niño del Atlántico, y de forma muy similar a lo que ocurre con su “hermano mayor”, se caracteriza por temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio en la cuenca ecuatorial oriental y por vientos alisios más débiles que el promedio en todo el Atlántico ecuatorial central-oriental.

Además, al igual que El Niño, El Niño del Atlántico tiene una “hermana”, La Niña del Atlántico, que trae consigo unas condiciones atlánticas ecuatoriales más frías que la media y los impactos climáticos opuestos a los de su hermano.

La Niña del Atlántico es la fase fría de un ciclo climático natural denominado “modo zonal del Atlántico”. Este ciclo alterna entre fases cálidas y frías cada pocos años, influenciado por la interacción entre el océano y la atmósfera.

En condiciones normales, las aguas superficiales del Atlántico ecuatorial oriental se enfrían durante el verano debido a los vientos alisios que soplan desde el sureste, empujando las aguas cálidas hacia el oeste y permitiendo que el agua más fría de las profundidades suba a la superficie.

Este proceso, conocido como “afloramiento ecuatorial”, es lo que genera la “lengua fría” característica en esta región durante los meses de julio y agosto. Sin embargo, cada pocos años, esta lengua fría es significativamente más fría o cálida de lo habitual, lo que da lugar a eventos de La Niña del Atlántico (fase fría) o El Niño del Atlántico (fase cálida).

2024: Un año de cambios drásticos

El año 2024 comenzó con temperaturas superficiales del mar extremadamente cálidas en el Atlántico ecuatorial oriental, con registros que superaron los 30 grados Celsius entre febrero y marzo, el evento cálido más fuerte desde 1982.

Pero también ha llamado la atención la rápida transición de estas temperaturas cálidas a condiciones frías, un cambio sin precedentes en la región.

Durante los meses de junio y julio, se registraron anomalías de enfriamiento en el Atlántico ecuatorial y, sorprendentemente, este enfriamiento ha coincidido con un debilitamiento de los vientos alisios del sureste, lo que normalmente reduciría el afloramiento y provocaría un calentamiento, no un enfriamiento, de las aguas superficiales.

A pesar de estas condiciones aparentemente desfavorables para el desarrollo de La Niña del Atlántico, el enfriamiento observado podría ser suficiente para clasificar oficialmente este evento. Esta situación ha generado gran incertidumbre, y los científicos están investigando las posibles causas de este comportamiento anómalo en la atmósfera y el océano.

¿Por qué es importante una diferencia de 0,5 grados Celsius?

Aunque una diferencia de temperatura de ±0,5 grados Celsius en el Atlántico tropical pueda parecer pequeña, sus implicaciones pueden ser significativas. Las fluctuaciones de temperatura pueden alterar los patrones de precipitación en los continentes circundantes, afectando desde la región del Sahel en África hasta el noreste de América del Sur.

Además, se ha demostrado que eventos de El Niño del Atlántico pueden aumentar la probabilidad de desarrollo de huracanes intensos cerca de las islas de Cabo Verde, un área clave en la formación de huracanes en el Atlántico.

Este año, el pronóstico estacional de la NOAA anticipa una actividad de huracanes superior a la normal en el Atlántico, basándose en las condiciones esperadas de La Niña en el Pacífico y las temperaturas cálidas del océano en el Atlántico Norte tropical.

No obstante, si La Niña del Atlántico se desarrolla plenamente, los científicos podrían observar si el evento produce un efecto moderador en la actividad de huracanes, o todo lo contrario, lo que hará que los próximos meses sean críticos para comprender mejor este fenómeno y sus impactos potenciales.

El desenlace podría redefinir las expectativas para el resto de la temporada de huracanes en 2024.

Fuente: https://www.nationalgeographic.com.es