Aunque casi desapercibida por el resto del mundo, en febrero de 2014, Rusia invadió parte del territorio ucraniano. Ante el aparente desinterés y la falta de respuestas concretas, más allá de acciones declamativas, ocho años más tarde inició una invasión a gran escala de Ucrania que hasta la fecha ha continuado. En respuesta, algunos países han impulsado sanciones económicas cada vez más estrictas. Las Fuerzas Armadas rusas perdieron una cantidad significativa de armamento y, en otoño de 2022, el gobierno se enfrentó al desafío de aumentar drásticamente la producción de armas y municiones. Julian Cooper analiza en qué medida se ha superado el desafío, revisando en detalle la evidencia cuantitativa disponible. Su análisis confirma que ha habido aumentos significativos en la producción de sistemas y municiones utilizados ampliamente en la guerra. El autor explora los medios por los que se ha incrementado la producción de la industria de defensa y extrae conclusiones sobre la naturaleza del sistema económico ruso y los legados institucionales de la época soviética.
Abstract
In February 2022, Russia began a full-scale invasion of Ukraine that has to date continued for more than two years. In response, Western countries imposed increasingly strict sanctions. The Russian Armed Forces lost a significant quantity of armaments and by the autumn of 2022, the government faced the challenge of increasing sharply the production of weapons and munitions. Julian Cooper analyses the extent to which the challenge has been met, reviewing the available quantitative evidence in detail. His analysis confirms that there have been significant increases in the output of systems and munitions used extensively in the war. The author explores the means by which defence industry output has been increased and draws conclusions as to the nature of the Russian economic system and the institutional legacies of Soviet times.
Fuente: https://www.tandfonline.com