Planificación estratégica. Las arcas del futuro, refugios ante cambios climáticos

En la Polinesia Francesa se proyecta la construcción de ciudades flotantes, independientes del continente, que pudiera albergar a víctimas de las crecidas marítimas producto de los deshielos.

Para responder al drama del cambio climático y el derretimiento de grandes masas polares, el gobierno de la Polinesia Francesa propuso un audaz plan que consiste en la construcción de una ciudad de islas flotantes en el Pacífico Sur que pudiera servir como refugio a miles de personas que podrían perder sus hogares producto del aumento en el nivel del mar. Los modelos climáticos recientes predicen que los océanos del mundo se podrían elevar de 1,5 a 2 metros para 2100, aproximadamente el doble del aumento informado como el peor escenario posible por un panel de la ONU en 2013.

El proyecto fue presentado por una organización sin fines de lucro, el Seasteading Institute, que recaudó aproximadamente 2,5 millones de dólares por parte de alrededor de un millar de donantes interesados. Randolph Hencken, director ejecutivo del grupo, dijo que los primeros trabajos podrían comenzar el año próximo, aunque restan algunos estudios de factibilidad ambiental y económica.

Las Arcas de Noé del futuro, refugios ante el cambio climático

Costo. Las isla-piloto costarían entre 10 y 15 millones de dólares, y contarían con energía solar, plantas potabilizadoras y granjas eólicas.

Hencken dijo que las islas pilotos del proyecto costarían un total de entre 10 y 50 millones de dólares y albergarían unas decenas de personas. Estas “Arcas de Noé” contemporáneas contarían además con innovaciones en energía solar, acuicultura sustentable y granjas eólicas, domos hidropónicos para cultivar y cosechar sus propios alimentos y desalinizadores para potabilizar el agua”.

Las Arcas de Noé del futuro, refugios ante el cambio climático

Refugio. Las viviendas se proyectan como una respuesta a las consecuencias del cambio climático, los futuros deshielos y las crecidas del nivel del mar.

Además, Hencken consideró que el proyecto incluya decenas de islas artificiales y que, a futuro, se podrían construir proyectos similares en otras naciones atolonas o áreas costeras amenazadas por los niveles del mar en aumento. Agregó que el costo de construir viviendas en las islas disminuiría a medida que la construcción de las plataformas fuera más económica.

La opinión de los expertos

Los expertos familiarizados con el cambio climático y el Pacífico Sur afirmaron que dudan de que el proyecto sea factible en gran escala, en una región integrada por algunos de los países más pobres. También se preguntaban si no se gastaría mejor el dinero en educación o el cuidado de la salud. “No lo cancelaría totalmente, simplemente que veo esto con un escepticismo saludable,” afirmó Matthew Dornan, vicedirector del Centro de Políticas de Desarrollo en la Universidad Nacional Australiana en Canberra.

Por su parte, Simon Donner -profesor de geografía en la Universidad de British Columbia en Vancouver, estudioso de los efectos del cambio climático en las islas del Pacifico-, opinó que el proyecto parece interesante y que no había motivos para dudar de las buenas intenciones de sus financistas. “El proyecto refleja una realidad cruel: el mundo desarrollado es responsable del cambio climático y a la vez está más preparado para enfrentarlo”.

Las Arcas de Noé del futuro, refugios ante el cambio climático

Pronóstico. Los modelos climáticos predicen que para 2100, el mar habrá elevado su nivel entre 1,5 a 2 metros, el doble de lo informado por la ONU.

En una entrevista con el New York Times el año pasado, el presidente de la República de Kiribati en ese momento, Anote Tong, dijo que había encargado a expertos del gobierno de los Emiratos Arabes Unidos (EAU) -de hecho, la ciudad de Dubai es una isla artificial, aunque anclada al continente-, el estudio de la factibilidad de construir de manera artificial islas como una estrategia de adaptación al clima. Aunque se negó a dar detalles específicos y los intentos posteriores de llegar a los funcionarios en Kiribati y los EAU para obtener información fueron infructuosos. Dicho archipiélago es uno de los más amenazados por las futuras crecidas.

Por su parte, Koen Olthuis -arquitecto en los Países Bajos, cuyos proyectos se basan totalmente en áreas inmersas en agua-, dijo que el interés en la construcción anfibia surgió en todo el mundo en los últimos cuatro años y que los proyectos flotantes podrían tener potencialmente un rango enorme de usos sociales beneficiosos. Uno de los primeros ejemplos es una escuela flotante que él mismo diseñó recientemente para Bangladesh, donde el aumento del nivel del mar amenaza a las comunidades costeras bajas.

Las Arcas de Noé del futuro, refugios ante el cambio climático

Evolución. El interés en la construcción anfibia surgió en todo el mundo en los últimos cuatro años.

Olthuis dijo que los desafíos técnicos de la construcción de islas artificiales se pudieron resolver y que esperaba que el proyecto de la Polinesia francesa tuviera éxito. Sin embargo, quedan abiertas las preguntas: «¿Qué queremos ahorrar? ¿Cuánto queremos gastar, qué beneficios se obtienen? Con miles de millones se puede salvar a 300.000 personas. Aunque también se los puede sacar y poner en otros países y usar esos edificios para ayudar a la gente en barrios humildes en el mundo”, concluye Olthuis.

Fuente: http://www.clarin.com