Más cerca del skate volador de Marty McFly. O para qué sirve Internet de las cosas

Las visiones futuristas de la película Volver al futuro fueron una gran fuente de inspiración para los jóvenes creativos que hoy se dedican a emprender nuevos desarrollos.

Por Sebastián Campanario

Entre los múltiples festejos por los 30 años del estreno de Volver al futuro, hubo concursos para ver quién se parece más a Michael Fox (de joven), exposiciones de memorabilia sobre la película y proyecciones multitudinarias al aire libre del clásico de 1985, en la costa oeste de los Estados Unidos y en distintos lugares del mundo. A pesar de que en rigor apareció en la segunda parte (de 1989), no quedó fuera de los homenajes un objeto icónico de la saga, elhoverboard o skate volador con el que Marty McFly circulaba por el pueblo.

Todos los avances imaginados en Volver al futuro 2 para tres décadas hacia adelante deberían llegar en un par de meses, en octubre de este año. El sitio Paleo Future (hoy bajo el paraguas de Gizmodo), que recopila visiones del pasado sobre el futuro -ciudades acuáticas, colonización de Marte, este tipo de predicciones-, utilizó el film para analizar qué cosas se cumplieron y cuáles fallaron en los pronósticos. Los teléfonos portátiles que utilizaban los personajes (unos videófonos) eran enormes: en eso la tecnología avanzó más. Había, también, películas con hologramas. Pero la pregunta del millón es: ¿qué pasó con el skate volador?

Hoy en día, hay varios prototipos de hoverboard en período de prueba, pero parece que habrá que esperar unos años para que se masifiquen y sean viables para lanzar al mercado. Tony Hawk, conocido como “el Maradona del Skate”, volvió locos a sus fanáticos a principios de este año al probar uno, que resultó ser increíblemente ruidoso, difícil de maniobrar y con una batería que duraba unos pocos minutos. Para los interesados: las pruebas de Hawk pueden verse en YouTube.

Lexus lanzó otro modelo (a prueba), pero que sólo puede circular sobre superficies especialmente armadas. Hasta el astrónomo Neil deGrasse Tyson (el conductor de la remake de Cosmos) se metió en el debate y estimó que pasará un buen tiempo hasta que podamos emular a Marty McFly en su transporte cotidiano. “¿Skates voladores para circular sobre cualquier superficie? Hoy eso no es realista”, sostuvo deGrasse Tyson en The Huffington Post.

“Podremos no tener zapatillas que se acomodan solas al pie ni skates voladores, pero sí tenemos otras tecnologías avanzadas que los guionistas de Volver al futuro 2 ni imaginaron en esos dos campos”, explica Manuel Saintotte, emprendedor, especialista en Internet de las cosas (IoT) y miembro del Instituto Baikal. Hay zapatillas con sensores para optimizar el entrenamiento, y una iniciativa de argentinos (el proyecto Hickies) que se planteó disrumpir el atado de cordones con unas bandas elásticas individuales de colores que ya se venden en 34 países. “Y luego está el trabajo de Wolox con dispositivos para colocar en las tablas de skates y medir todo tipo de variables”, agrega Saintotte.

Wolox es una empresa que hace software para start ups, fundada por siete ingenieros jóvenes que se conocieron estudiando en el ITBA. En 2013, dos de sus integrantes, Guido Marucci Blas y Nicolás Tzovanis, se propusieron armar un producto con referencia a su pasión por los deportes extremos. A Marucci Blas le gusta el kite surf; a Tzovanis, el snowboard, pero optaron por empezar por una alternativa a la que los dos son aficionados: el skate.

Así armaron Syrmo, un proyecto de “Internet de las cosas” para amantes de esta disciplina, que consiste en un sensor que se coloca en la tabla y mide la velocidad, la calidad de las acrobacias, la altura y otros indicadores. La aceleradora norteamericana Hax los eligió para un primer fondeo que los llevó a trabajar full time en su objetivo por cuatro meses en Shenzhen, el “Silicon Valley chino”, una ciudad de catorce millones de habitantes que hace apenas veinte años era una aldea de pescadores. “Es un lugar increíble, íbamos a comprar partes para nuestro prototipo y no nos las vendían por unidad, sino por kilo o por bolsa. Todo lo que necesitás te lo proveen de un día para el otro, lo que acá te puede llevar seis meses allá lo hacés en una semana”, cuenta Marucci Blas, de sólo 26 años.

Con 100.000 dólares obtenidos en una reciente ronda de inversores, mucho trabajo y viento a favor, el emprendedor calcula que en seis meses estarán listos para planificar la salida del producto al mercado. Luego vendrá la etapa de replicar el dispositivo para otros deportes extremos.

Según la consultora Gartner, hay en la actualidad casi cinco mil millones de dispositivos conectados a Internet, un 30% más que el año pasado, y se estima que para 2020 el universo de “Internet de las cosas” sumará 25 millones de aparatos (otros especialistas creen que el pronóstico se queda corto y hablan de 50.000 millones).

Movilidad, redes sociales, domótica, cloud computing y redes 5G son algunos de los campos tecnológicos que crecen en paralelo y actúan como cohetes propulsores de “IoT”.

La programación cada vez más especializada de las aplicaciones ayudará a determinar perfiles específicos para entregar información y recibirla en tiempo real, con un esquema continuo de innovación y desarrollo. “Sólo un 1% de las cosas que pueden conectarse están hoy conectadas”, apuntó un ejecutivo de Cisco, Juan Pablo Estévez, durante un evento organizado por la Asociación de Marketing Bancario Argentino (AMBA). “El potencial es gigante y desde la Argentina tenemos talento, recursos humanos y pasión por el emprendedorismo como para liderar la movida de IoT a nivel regional”, dice ahora Guillermo Castelli, CEO de QuadMinds, otra empresa local que viene pisando fuerte en el segmento de Internet de las cosas. QuadMinds desarrolló este año un dispositivo para que el personal de Aerolíneas no llegue tarde a los vuelos (se descubrió que la principal causa de demoras no era el clima ni los desperfectos técnicos, sino el tráfico que impedía llegar a tiempo a los pilotos, azafatas y demás miembros de la tripulación).

Los aparatos conectados permitirán modificar para bien infinidad de detalles de la vida cotidiana. El más reciente que se está desarrollando que menciona Castelli es un sensor que mide densidad en los vagones de subte y les informa a los pasajeros que esperan en la estación cuál es el vagón con menos gente para viajar más cómodo. Son novedades que se esperan para fin de año o principios de 2016. Y si se demoran mucho más, en una de ésas se podrá viajar antes al trabajo en un skate volador como el de Marty McFly.

Fuente: LaNacion.com