La impresión 3D de metales está revolucionando el sector de la fabricación y lo hará más aún en la próxima década. Esta tecnología en crecimiento permitirá a las empresas agilizar la fabricación de múltiples componentes, aumentando en gran medida la variabilidad del diseño y reduciendo el espacio necesario en la planta de fabricación.
Antes de llegar a este punto, el reto de la impresión 3D de metales será llegar a ser un poco más asequible, más rápida y más precisa, por lo que se requiere de más innovación en este campo.
BeAM, una compañía con sede en Francia y fundada en 2012, está trabajando precisamente en esto, particularmente en Europa. La compañía ha sido capaz de desarrollar una nueva técnica de impresión 3D de metal a la que han llamado CLAD, que no solo es capaz de fabricar piezas en metal, sino incluso de repararlas.
Hasta ahora hemos conocido muchas impresoras 3D basadas en la tecnología de sinterización selectiva por láser (SLS), donde en un lecho del polvo de metal se va fundiendo de manera selectiva parte de este polvo.
La tecnología patentada CLAD va más allá aún y no necesita contar previamente con ningún lecho de polvo metálico, ya que mediante dos boquillas es capaz de extruir dos corrientes de polvo metálico al mismo tiempo en que un láser de alta potencia se activa. El láser funde instantáneamente el polvo de metal extruido por la boquilla que se va desplazando por los ejes X eY en base a los datos que reciba del ordenador.
Esta tecnología que ha estado en desarrollo durante más de 10 años, es el producto de un proyecto de I + D dirigido por BeAM y la Universidad de Estrasburgo.
En base a esta tecnología se han desarrollado 3 impresoras 3D de metal; la mobile CLAD, Unit CLAD y Magic, de las que podréis conocer más en su págína web.
