El sistema energético de los Estados Unidos abarca más de 7.000 centrales eléctricas, posee un sistema de distribución cableado con 6,000,000 millas de conductores que sirven a 150,000,000 clientes. Este inmenso sistema, que se encuentra integrado en todos los aspectos de la vida moderna, ha proporcionado en forma eficiente y económica energía confiable durante décadas. También está en medio de una transformación dramática ya que cambia todo, desde cómo se produce la energía hasta cómo se consume. La red eléctrica es el sistema estrechamente acoplado que administra y suministra energía desde dónde y cómo se genera a dónde y cómo se consume. La Nación necesita una red eléctrica adaptable, segura, confiable, resiliente y que pueda soportar cambios de tecnologías de generación y modelos de negocio operativos. La modernización de la red debe aportar nuevas capacidades y oportunidades económicas a los servicios públicos y clientes a través de acceso a datos, protecciones de seguridad cibernética y control del flujo de energía, pero también requerirá nuevos capacidades físicas e informativas para observar y gestionar el sistema y sus dinámicas cada vez más complejas. La interoperabilidad es el facilitador crucial de los cambios necesarios.
*National Institute of Standards and Technology
Fuente: https://tsapps.nist.gov
