La tecnología digital aporta más que mejoras incrementales a las operaciones de la industria química. Tiene el potencial para transformar plantas, permite la excelencia operacional y altera el panorama competitivo en la industria. En poco tiempo, las empresas químicas tendrá que hacer de la planta digital parte integral de sus operaciones. Basados en la experiencia en otras industrias, aquellos que se muevan rápidamente para abrazar la planta digital, a pesar de los trastornos que trae, estarán en condiciones de tener una ventaja poderosa. Retrasar este proceso hoy sólo resultará en la necesidad para ponerse al día más adelante y de manera obligatoria para poder aprovechar las capacidades de la planta digital que se vuelven críticas para seguir siendo competitivo.
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