Amundsen contra Scott: una carrera del Polo Sur con tragedia final

A principios de 1900, se produjo la carrera más fría y famosa de la historia. Las expediciones de Amundsen y Scott para la conquista del Polo Sur. «Me dirijo a la Antártida». Breve mensaje recibido el 12 de octubre de 1910 por Robert Falcon Scott, (jefe de la expedición británica), fue el disparo de largada de la carrera más fría y famosa de la historia de la exploración humana. El ser humano nunca había alcanzado el Polo Sur, y la conquista de este suponía un gran orgullo nacional para el que llegase primero. El 15 de junio de 1910, el Terra Nova partía desde Cardiff hacia la Antártida, con el comandante Scott al mando y después de una multitudinaria despedida, nadie esperaba ninguna competencia. No fue así, el noruego Roald Amundsen, ideólogo del enigmático telegrama, había puesto también dirección a la Antártida sin informar a casi nadie. Inicialmente, su expedición miraba al Polo Norte, pero en 1909 supo que el norteamericano Peary se le había adelantado, algo que tiempo después se demostró era falso. Por ello dirigió su reto a la Antártida para adelantarse a los británicos. Comenzaba así una carrera hacia la conquista del Polo Sur, repleta de anécdotas y con un final fatal para una de las dos expediciones. Estaban en juego la gloria y la fama eterna.


«Me dirijo a la Antártida». El escueto mensaje recibido el 12 de octubre de 1910 por Robert Falcon Scott, comandante de la expedición británica, fue el pistoletazo de salida de la carrera más fría y famosa de la historia de la exploración. El hombre nunca había alcanzado el Polo Sur, y la conquista de este suponía un desafío inédito que enardecía el orgullo nacional del que llegase primero. Era el único punto geográfico representativo que el ser humano todavía no había pisado. Cuando el 15 de junio de 1910, el Terra Nova partía desde Cardiff hacia la Antártida, con el comandante Scott al mando y después de una multitudinaria despedida, nadie esperaba ninguna competencia. No era el caso. El noruego Roald Amundsen, ideólogo del enigmático telegrama, había puesto también dirección a la Antártida sin informar a casi nadie. Inicialmente, su expedición de investigación miraba al Polo Norte, pero en 1909 supo que el norteamericano Peary se le había adelantado, algo que tiempo después se demostró que era falso. Entonces dirigió su reto hacia la Antártida con el propósito de adelantarse a los británicos. Comenzaba así una carrera hacia la conquista del Polo Sur extraordinaria, repleta de anécdotas y con un final fatal para una de las dos expediciones. Estaban en juego la gloria y la fama eterna.

El marino Mortimer McCarthy se ofreció voluntario para llevar el timón del ballenero británico ‘Terra Nova’ a las costas de la Antártida.

Leer mas >>

Fuente: https://as.com/masdeporte