Los supercapacitores, dispositivos eléctricos que almacenan y liberan energía, necesitan una capa de electrolito, un material conductor eléctrico que puede ser sólido, líquido o en algún lugar intermedio. Recientemente, investigadores del MIT y de varias otras instituciones han desarrollado una nueva clase de líquidos que pueden abrir nuevas posibilidades para mejorar la eficiencia y estabilidad de estos dispositivos al tiempo que reducen su inflamabilidad.
Durante décadas, se conocen una clase de materiales denominados líquidos iónicos —esencialmente, sales líquidas—, pero los investigadores mencionados han añadido a estos líquidos un compuesto que es similar a un surfactante, similar a los utilizados para dispersar derrames de petróleo.
La nueva clase de materiales, que los investigadores llaman SAIL, iniciales en inglés de líquidos iónicos activos en la superficie, podría tener una variedad de aplicaciones para el almacenamiento de energía a alta temperatura, por ejemplo para su uso en entornos calientes como en la perforación de petróleo o en plantas químicas.
Fuente: http://news.mit.edu
